Una doradita siempre es buena. Eso sí, hay que sacarle bien las espinas de los laterales. Una vez abierta en filete, se cubre con una picada de comino, pimienta, sal y aceite. Se meten de esta guisa envueltas en papel de aluminio, en
papillote, al horno a 200 grados. Estará hecha cuando el paquete se hinche. Entonces se retira del horno y se abre el paquete, cubriendo las doradas con una emulsión de aceite de oliva, salsa de soja, vinagre de Módena, avellanas picadas, pimienta, sal y cilantro, y un toque de azúcar.
Et voilà! Bon appétit!
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