Nunca se insistirá bastante sobre la necesidad de dejar setos verdes en las fincas. Si queremos que quede algo de fauna en las campiñas, y las únicas muestras de vida animal no se vean limitadas a la presencia de algún que otro lugareño mejor o peor encarado, deben separarse las fincas con setos y vegetación que permita el refugio y desarrollo de otras criaturas. No lo digo yo ni los cuatro
rastas desarrapados que tanto se temen hoy en día, sino entidades como la WWF, de reconocido prestigio y solvencia, y de la cual reproducimos esta tablilla a modo de didáctica sugerencia para viñedos en zonas mediterráneas.
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