En octubre compramos unos ajos a un gitano en la feria de Móra, los plantamos en el huerto y ahora en junio los recogemos. Es el día adecuado, sanjuanero y aspectado para favorecer la salida de las opresiones varias. Adelante, ya era hora de que alguien tuviera un par de ajos bien puestos y enviara a Europa a aprender que lo que importa son las personas.
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