Muchos meses llevan ya estas matas de judías en el huerto. Se han formado estos enramados enormes y densos, pero eso sí: a base de riego. Ya que no tiene a bien llover desde hace dos meses, el agua viene de abajo. Y es que hay que considerar que si no fuera por el ingenio humano, la madre naturaleza nos daría poca alegría por voluntad propia. La nuestra no decrece.
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