Es laborioso hacerle una foto al Carábido
Cidindela campestris, pues posee la curiosa particularidad de detectar vibraciones del suelo y se va dando cortos vuelos. La larva, que vive en túneles excavados en la tierra, también goza de esta capacidad de captar las ondas que los pasos de otros seres producen y desciende hasta el fondo de su guarida. Ambas formas, la adulta y la larvaria, son ávidos predadores de otros insectos.
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