Se nos hace un poco de noche mientras subimos a la Torre de la Garita, en la Encomienda del Temple de Riba-roja d'Ebre.
Y es que la hemos visto oteando el horizonte desde el Calvari. Aún había luz solar, así que decidimos ir caminando.
Pero no está tan cerca como pensábamos; y además, el lugar nos gusta tanto que paseamos alrededor de la Torre, de origen, según se afirma, remoto.
El regreso al pueblo ya es con la noche como compañera.
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