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Camino correcto a Cájol |
Antaño eran muy frecuentes las infecciones, y los ganglios linfáticos se inflamaban como globos. A estos bubones tumefactos y dolorosos, en el Sobrarbe les llaman andaderas. Tenían aquellas gentes un remedio mágico para curar las afecciones de este tipo, a saber: hacer un collar de bulbos de ranúnculo, que se anudaba al cuello como amuleto. Era curativo a la par que preventivo también de dolor de muelas, de boca y de cabeza.
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