La ermita de Sant Antoni de La Granadella ha gozado desde siempre de una devoción particular, pues el lugar tiene fama de ser curativo desde tiempos neolíticos. A fuerza de investigar, he encontrado la referencia que Camps i Camps hizo de la figura votiva que halló en una pared de piedra en el entorno de la ermita. La persona representada sostiene una especie de cetro o maza, parece estar desnuda y tal vez se intuye un atributo masculino, aunque tal vez sea una vulva prominente.
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