Piedra a piedra la trasladaron los lugareños ante la inminente amenaza de la presa, que la iba a sepultar bajo las aguas. Pero era tal la devoción tras haber salvado la zona de unas pestes medievales que se unieron para realizar la azaña. Loable actitud que merece ser recordada. La honran los de Riba-roja, La Fatarella, La Pobla de Massaluca y los de Vilalba dels Arcs.
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