Estaba muy interesada en ver cómo se resolvía el órdago a la grande que había planteado el presidente del gobierno, Pedro Sánchez. Tanto por él como por las reacciones de los políticos que forman parte de este sistema parlamentario democrático.
Respecto a Pedro Sánchez, respeto su actitud. Es lícita. Y me alegro de que continúe. Salvado este escollo, no me han defraudado los representantes del resto de partidos políticos por cenutrios.
Son un grupo de machirulos y machirulas decimonónicos neoliberales con patillas rizadas hasta la barbilla, puro habano y reloj con cadenilla que reposa en el bolsillo del chaleco. Se rechuflan de la salud mental; son carroñeros políticos. Qué monstruos...
Pues eso es una muestra de lo que les importan los ciudadanos en todos los aspectos; tanto como una egagrópila pinchada en un palo. Y a cualquier nivel, desde el europeo, el estatal, el autonómico y descendiendo a los laberintos de los gobiernos locales. Un auténtico nido de culebras que incuban los huevos de la deshumanización, la explotación y el capitalismo desbocado.
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