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lunes, 27 de diciembre de 2010

CUIDADO CON LAS BOMBILLAS DE BAJO CONSUMO

Ayer por la noche me pegué un buen susto: ponemos en marcha el grupo electrógeno; todo normal. Al cabo de un rato, salgo fuera para ver cómo estaba la noche, y...¡Dios mío, mis ojos, no veo! Las bombillas daban una luz ténue, como de hospital antiguo. Llamé a mi marido, a ver si era cosa de mis pobres retinas, pero me confirmó que él tampoco veía tres en un burro: o sea, que algo pasaba con las bombillas.
Hay que reconocer que son de las más baratas, pero vamos, que se estropeen tan pronto...
Estuvimos pensando, y me parece que el tema tiene que ver con la temperatura. Para confirmarlo, las metimos corriendo en casa, para que se calentaran, y luego las colocamos otra vez en los portalámparas: efectivamente, ahora la luz era normal de nuevo, pero al rato, a medida que se van enfriando al estar en el exterior, se van apagando...da yuyu.
En esto las bombillas incasdencentes de toda la vida les llevan ventaja, no hacían este efecto a dos velas...A tener en consideración para lugares muy fríos.

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