Una conversación me hace pensar: una persona me dice que, en prácticamente la totalidad de los casos, las amistades que se hacen por internet acaban en fracaso. Otra persona, que tiene un blog, me dice que él lo utiliza para
experimentar en las relaciones humanas. Interesante.
En el tiempo que llevo con este blog, he pasado por varias etapas: la primera
o todo el monte es orégano. La segunda
, uy, yuyu, y la tercera o
Doctor Moreau. Pienso que puede ser interesante ir desgranando las conclusiones a las que he llegado hasta hoy.
Las relaciones en internet parten de una
asimetría inicial: alguien entra en un blog y va conociendo a la persona que lo escribe y su entorno. Por determinada razón, decide establecer contacto: primero a través de comentarios; luego por mail. En muy raras ocasiones, se da el paso del contacto telefónico; y el personal es ya escasísimo.
La asimetría parte de que el lector del blog conoce muchos aspectos del blogero, pero el blogero desconoce todo acerca del lector. Se inica un diálogo al principio educado; se establecen aproximaciones; luego afectos.
Pero la asimetría inicial no desaparece; el blogero, si es constante, va desgranando facetas de su vida. En cambio el lector aparece, desaparece, interviene o no...sin darse cuenta de que en los lapsos de tiempo en los que él no ha estado han pasado cosas. No todas se publican, claro. Queda pues en la mente lectora una imagen estática e idealizada del mundo del blogero. Y el lector pretende que, sea cual sea el momento en el que requiere la atención del blogero, ésta sea instantánea.
Esta asimetría, aún con la mejor de las buenas voluntades, acaba degenerando en malentendido. En la fase
orégano, lector y blogero nos parecemos, uno a otro, la octava maravilla del mundo; en la fase
yuyu, ya empiezan las opiniones divergentes; y en la fase
Doctor Moreau, el blogero debe transformarse en un Acólito de Satán, pues el lector suele acabar lanzándole la caballería.
Afortunadamente, estas fases se repiten, de manera que a la segunda asimetría, ya ves venir a la gente y te pilla con la armadura puesta.
Especifico: hay honrosas excepciones... ;)