Y es que nos vamos a tener que ir haciendo a la idea de que las masas de aire han sufrido un desplazamiento de latitud y nos toca el ambientazo de, pongamos por caso, Marruecos. El espectacular atardecer de ayer se explica por el polvo africano en suspensión que transportan unos traviesillos vientos de componente suroeste. Casi 1 litro por metro cuadrado de precipitación fangosa ha dejado todas las superficies color Dakar. Formidable.
Por culpa de la codicia occidental, en muchos lugares se ven obligados a emigrar para vivir. De África ya emigra hasta la arena del Sáhara.
ResponderEliminarCierto. Y si aquí hay sequedad y calores bochornosos en febrero, ¿cómo será allí?
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