miércoles, 4 de septiembre de 2013

HERMANAMIENTO CAJOL-LA SISQUELLA

Llegamos a Cájol. Y nos reciben los ladridos de unos perros y las percusiones de unos humanoides tocando bongos. Esto promete...
Se une a nosotros la marquesa de Triscal, que había quedado algo rezagada en la ascensión. Lanzamos un par de gritos montañeses para advertir de nuestra presencia e intención de acercarnos. Y nos encontramos con el recibimiento amistoso y jovial tanto de canes como de personas. Efectivamente, en Cájol hay vida, y hermosa vida. Pocos son los habitantes, pero tan majos como jóvenes y vitales.
Nuestro anfitrión se ofrece amablemente a enseñarnos el pueblo: todas las tareas que han llevado a cabo para hacerlo su hogar. Y ciertamente comparto con ellos nuestra experiencia sisquellana: nos sentimos hermanos. Identificamos la casa cap i casal de Josep: toco las piedras de sus arcos con cariño.
Informamos telefónicamente a mi insigne esposo del hallazgo del pueblo de sus antepasados y de la presencia de estos amigos: el nuevo marqués de Cájol, Josep de La Sisquella, se muestra emocionado a la par que dadivoso: de su graciosa voluntad nace el consentimiento de que todo siga igual, nombrando a Yuri Intendente General del Reino (es broma).
Compartiremos envios de aceite, de semillas...de cosas. Porque el espíritu es el mismo.
Y un recuerdo especial para el sacerdote...mmmmmmm...


No hay comentarios: