Uno de los lugares que más me atrae de la zona es este santuario rupestre que ya os enseñé y que no está demasiado lejos de casa, aunque para llegar hay que hacer algunos equilibrios. A la roca, que tiene ojos, se entra por la boca. Me recuerda a Bomarzo, pero aquí no hay bosque, sino geología descarnada. Este fin de semana me voy a acercar otra vez.
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