martes, 23 de septiembre de 2025

AGUA DE BORRAJAS

 


Ya han pasado suficientes años para poder valorar si merece o no la pena realizar alguna actuación después de un incendio forestal. Y la respuesta es un sí rotundo. 

A la izquierda está la vertiente de la montaña que es término de La Torre de l'Espanyol, donde una brigada forestal se ocupó de cortar los troncos de los árboles quemados y colocarlos horizontalmente siguiendo las curvas de nivel del relieve; esto permite que la lluvia no arrastre la superficie quemada y deje el suelo de roca desnuda. A la derecha, el monte pertenece a La Palma d'Ebre, y aquí no se hizo nada: se dejó al albur de los elementos. El resultado está a la vista: donde se trabajó, han crecido ya arbolitos y matorral que dan cierto verdor al monte. Donde no se trabajó, el aspecto desértico es evidente.

Se suele pensar mucho (no sé si sentir mucho, pienso que no, o acaso en un corto período de tiempo), se habla mucho, pero hacer algo efectivo ya cuesta y se suele quedar todo en agua de borrajas. Recuerdo las reuniones en Flix donde se pretendía ser arietes de la regeneración forestal total. Supongo que alguien haría algo a nivel particular: bendito sea quien así obró. A nivel general no se hizo nada, en ningún municipio: la Generalitat de Catalunya así lo ordenó. Y así luce el paisaje desde el Ebro hasta bien entrado el monte: Arizona pura, con el agravante de que quedan muchos troncos quemados de pie y el entorno resulta fantasmagórico.

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