sábado, 28 de agosto de 2010

LA CABRA, LA CABRA...


¿No os habéis preguntado nunca porqué nuestros lenguajes están llenos de expresiones que hacen referencia a las cabras? "Estoy cabreado", "estás como una cabra", "eres un cabrón"... todas adquieren sentido después de convivir un tiempo con estos maravillosos animalitos. Ahora, después de dos meses de estancia aquí, ya no nos siguen a nosotros, los humanos, sino a los perros, se ve que se fian más de ellos. Ahora entiendo a los pastores que aseguran que con un buen perro pastor no hace falta humano alguno...te pueden sacar el rebaño por la mañana y traértelo al corral por la tarde ellos solitos. Ni silbiditos, ni llamarlas por su nombre, ni nada de nada; ellas detrás de los perros.
Cuando se les mete una idea en la cabeza, van a por ella reiteradamente. A ver quien tiene más paciencia. Y una hectárea tienen para pastar a sus anchas...pues ellas al terreno del vecino, que les gusta más. ¡Ay Señor! Pero cuando las ves saltar tan felices, haciendo sus cabriolas, se te pasan todos los cabreos.