martes, 30 de abril de 2019

¡3,2,1... HUERTO!

No hay mal que por bien no venga. Así es como, después de despotricar yo del intensivo que se ha plantado al pie del camino por cargarse medio bosque, resulta que la brigada de trabajadores del dueño ha tenido a bien limpiar todo el trayecto de La Parada, el secular canal de riego, desde su campo hasta lo que he dado en llamar La Primera Catarata, rocamen inmenso que nos lleva hasta un cañizar tan añoso que las cañas parecen milenarios bambús. Ahora baja el agua como si fuera el Nilo. Lo que siempre digo, no hay bien ni mal, todo es relativo. Todo muy zen.

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