sábado, 1 de junio de 2019

VEINTE CONMIGO

Espectacular floración que sólo dura un día
La ventaja de llegar a los 55 años es que ya puedes relajarte y mirarlo todo con otra perspectiva. Con mucha suerte te quedan veinte más de vida dentro de los parámetros que yo considero "normales", porque por mucho que nos vendan personas que a los 70 años suben ochomiles y bajan a la fosa de las Marianas hay que reconocer que las ves y parecen muñecos de cera con dientes implantados de un blanco nuclear, rellenos de botox y como plastificados. A buen seguro la flexibilidad articular la adquieren gracias a prótesis de titanio; que no: que la gente normal que yo conozco a los 60 ya está hecha un cirio.
En veinte años caben en orden sucesivo un par de coches de segunda mano, dos perros y veinte cosechas. Total, que a relajarse y a vivir. Dejad de lado previsiones nefastas, islas de plásticos en el océano, polos derretidos, sargazos amenazadores y demás yuyus. Y si además no dejas a nadie detrás, oli amb un llum.

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