Los egipcios usaban las hojas y los frutos de la vid como laxante, para alivio de las afecciones respiratorias, estimular el apetito y para conjurar enfermedades demoníacas.
Aleja las malas influencias con el fruto de la vid. Moja tus dedos índice y corazón con unas gotas de vino y tócate la frente. Moja también la parte interior de ambas muñecas. Deja que se seque mientras te concentras en alejar los peligros.
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