Un Gran Danés estaba al lado de su humano muerto en el campo de batalla de Fleurus. El Príncipe de Condé, impresionado por la fidelidad del can, lo llevó consigo, y con el tiempo se hicieron inseparables. Tanto llegaron a quererse que el perro le acompañaba hasta en los consejos de guerra, donde con su actitud aconsejaba al Príncipe sobre la idoneidad de cada plan de batalla.
📷Wikipedia
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