sábado, 29 de marzo de 2014

RESERVA VIRAL DE OCCIDENTE

Hay que reconocer que los viruses son bastante cabroncetes. El porqué atacan desaforadamente a unas personas y no a otras es uno de esos misterios de la naturaleza que tal vez nunca lleguemos a conocer del todo. Inquietante resulta saber que podemos ser invadidos por esos seres capsulares proteicos y con ácidos nucleicos en su entraña en cualquier momento y circunstancia. Ocupados como estamos en nuestra vida diaria, no somos conscientes de que ellos nos observan, nos vigilan...y cuando menos lo esperemos, ¡zas! nos tangan. Virus: en estos momentos pienso que soy un reservorio inquietante de alguno de ellos, dada la proximidad del ínclito vasco...citomegalovirus...Epstein-Barr...algún herpesvirus...a saber...¿podrán conmigo o serán vencidos por mi sistema inmune sisquellano alimentado por productos de la tierra...? Lo sabremos en próximos capítulos...

2 comentarios:

Unknown dijo...

UN consejo instintivo... Síguelo si quieres, o no: Recoge la flor del Olmo, en Aragón le llamamos "Panichaza", cuando niño, cubría las cunetas de las carreteras flanqueadas por olmos en primavera, y los niños de posguerra la comíamos a puñados; en ensalada, aliñada con aceite de oliva y sal es deliciosa. Viene a resultar que es ¡antiherpética!; (que casualidad que nos gustara tanto). Si después te comes unas tostadas de pan a la brasa, untadas con ajo, polvito de sal y aceite. Eso si, no bebas agua hasta una hora después de haber comido ajo,(por el estómago). Es casi seguro que los virus se lo van a pensar dos veces antes de atacar. (Que José haga lo mismo, para que el aliento no os moleste mutuamente). Os deseo lo mejor, y que el "San Cristóbal" se recupere pronto y sin secuelas, un abrazo.

Robin dijo...

Un sólo olmo contemplo por estas terranías, y al borde de un caminillo que se halla, aunque intentaré capturar sus tenues florecillas, aunque mejor será que se las pida amablemente...en ello estamos, en la recuperación de este simpar mozo, valiente dónde los haya.