Mis queridos y alegres muchachos de Sherwood, hace mucho, muuuuucho tiempo ya os hablé en estas páginas virtuales de la Parusía. Trátese ésta de la Segunda Venida de Cristo, en carne mortal para más inri, de manera que nos demostrase que la Resurrección, la Vida Eterna y las prebendas judeo-cristianas no eran moco de pavo y fantasías de cuatro iluminados, sino hechos comprobables y de mucha enjundia. Y así es como este sábado por la noche hemos tenido el orgullo y la satisfacción de poder ver, con estos nuestros ojos, que El ha regresado. Sí, en cuerpo y sangre, de nuevo entre nosotros. Qué candor, qué moderada muestra de los sentimientos, qué elegancia, moderación y saber estar...
Alzad, pues, oh hermanos, los brazos al Señor...celebremos con fervor su Segunda Venida, la Parusía...es el fin de la miseria, de la opresión, de la injusticia, el sufrimiento, la enfermedad, las soledades varias, del cuerpo y del alma...el fin incluso de las citaciones a la Audiencia Nacional para
Los Chicos del Maíz.
Te queremos, Conchita.
Añadimos nuestras más sinceras felicitaciones, desde la República Independiente de La Sisquella (
twelve points) para todos los
cross-dressers, drags queens y demás avifauna del Lado Oscuro. Danzad, danzad, malditos...
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