Un lugar sagrado se reconoce nada más poner los pies sobre su tierra. Tal es el caso dels Ports.
Alerta los sentidos cuando veas una montaña singular. Allí es. Y a su vera está el Mas de Burot.
Habitado hasta que los estamentos gubernamentales metieron sus patitas en la década de los 60 y trocaron la dicha en hucha, ahora está bajo la custodia de los guardianes de todo lo guardable. Leed la historia en uno de los plafones informativos.
Aprovechemos la ruta señalizada y las varias actividades sobre conocimiento del entorno que se ofrecen: que de algo sirva el mandamaseo.
El Mas de Burot es un ejemplo de sostenibilidad y autosuficiencia, de cómo se vivía antaño, con pocos medios, pegados a la tierra, arraigados en el recurso inmediato o en el peligro que podía ser mortal. Era otra manera de ser. Tal vez regrese entre las carrascas y las calizas.
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