El bucolismo tiene un precio, y es que tanto pasear entre las verdes praderas floridas acariciando flores tiene consecuencias: una nube de pequeños insectos, diminutos, te rodea y cuando vuelves a casa te das cuenta de que se te han metido entre el pelo y te han picado toda la cabeza. Picaduras pequeñas y juntas que si te las rascas emanan un ambarcillo inquietante a modo de corteza. Un nuevo peligro nos acecha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario