martes, 24 de junio de 2025

SOBREVIVIR EN VERANO

 Me acuerdo cuando vinimos a vivir aquí, ahora hará 15 años. Los días de verano, a partir de las 7 de la tarde, tenías que ponerte una camisilla de manga larga porque refrescaba. Dormíamos con las ventanas cerradas y una colcha ligera. Los amaneceres eran frescos y las plantas crecían con alegría. Algún día se pasaba mucho calor, pero eran la excepción.

A día de hoy, a partir de junio la vida aquí es imposible. Las temperaturas llegan cada día a no menos de 37 °C. No refresca en absoluto, así que por la noche dormimos con todas las ventanas abiertas. Los amaneceres no traen esperanza alguna, pues son calientes y de un extraño color. Los atardeceres parecen marcianos. Hay que regar cada día o las plantas languidecen. 

Hay que añadir los insectos. Siempre han habido, pues vivir en el campo tiene aparejado convivir con muchas otras especies, algunas muy molestas. Pero las moscas domésticas ya son una plaga y además, sedientas, pican. Los mosquitos tigre ya son habituales y no se podrán erradicar. Dije hace unos años que enfermedades tropicales como el chikungunya y el dengue se transmitirían ya en estos territorios, como así está siendo, pues los insectos vectores ya no mueren en invierno.

Y veremos las tormentas.

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