Queridos amigos de lo imposible, hace unos años lanzamos a la práctica la idea bautizada por nosotros mismos como
huerto flotante. Esto consistía en colocar esta tierra arcillosa e ingrata sobre un entramado de ramas de olivo para facilitar así la aireación de las raíces de las plantas. Pero este invento tiene fecha de caducidad: funciona durante unas temporadas, pero luego el entramado se degrada y la tierra vuelve a apelmazarse. Hartos ya de semejante vileza, este año estamos probando otra idea: meter la tierra en cajas rodeadas de tetrabrik o de botellas recicladas, con gran riqueza de compost, única manera de conseguir profundidad esponjosa. Vaya tela...
2 comentarios:
Es de sabio buscar soluciones en momentos de dificultad...
unos abandonan por cansancio y desánimo y otros luchan con el reto de que no se acaba todo por una mala cosecha. Amigos , sí que son ejemplo de la lucha por cuidar de la tierra.
Esta modalidad de cultivo es una experiencia más que ya nos contarán los resultados. Un saludo desde Canarias.
Gracias Candela...y es que ante condiciones cambiantes, hay que innovar continuente!
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