Sí amigos de lo arcano, tiempo ha las mujercillas eran duchas a practicar este arte redundante para frenar insidiosas dolencias que suelen contener en los vocablos que las identifican los inquietantes sufijos -rrea y -rragia: leucorrea, verbigracia. Muy eficaz para esta afección y las hemorragias locales a nivel genital es de nuevo nuestro amigo el muérdago. En uso interno es más yuyu porque tiene compuestos cardioactivos y pudiéramos acabar con el corazoncillo bailando una jota tras una ingesta algo cargadita.
Para aquellas hembras que requieran tales remedios vaginales, aplíquese medio puñado de planta por litro de agua y obren en consecuencia por los orificios oportunos.
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