Mikel ha decidido finalizar su etapa sisquellana después de tres años de vivencias; me temo que no ha resistido la desecación mediterránea. Con él se van los avances tecnológicos de los que habíamos dispuesto gracias a su amabilidad; así pues, notaréis un claro retroceso hacia ciertas rusticidades que creíamos superadas.
Tal es el caso de las gráficas de pluviometría, que a partir de ahora tendrán este aspecto. De todas formas, para la función que hacen, que es ser memoria meteorológica en cuanto al líquido elemento se refiere, no hace falta más. 14 litros por metro cuadrado en enero y 15 en febrero; este invierno no ha nevado. Vendrán otros tiempos.
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