La diferencia entre magia y religión es que en la segunda, el ser humano ha delegado toda la responsabilidad de todo en un ser o seres superiores, mientras que la magia concede poder a cualquier elemento natural que puede ser activado por la acción humana adecuada; es decir, el humano no delega y pasa, sino que es un agente activo.
Los amuletos son supuestos cebadores de esas fuerzas naturales. Aquí uno muy sencillo, en madera de olivo, cuerda y hojas de eucalipto, con estrella de cinco puntas.
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