Lo que no me ha salido nada bien es aquel experimento que hice hace años con unas semillas de Iris germanica que aparecieron en una flor de esta especie. El hecho, poco frecuente en mi jardín, hizo que las tomara bajo mi protección y las sembrara cuidadosamente. Recordemos que esta planta se reproduce asexualmente por rizomas, de manera que la reproducción sexual por semillas nos abre un mundo de posibilidades genéticas más allá del clon.
Pues nada. De aquellas plántulas surgieron estos trúñulos. Después de varios años, esto es lo obtenido.
En fin...
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