Con Aina plenamente recuperada tenemos una aliada formidable.
De nuevo un gatito aparece dejado de la mano de su madre, a buen seguro gata primeriza que se ha cansado de atenderle. Lo encuentra Josep detrás de la casa, maullando desesperadito. Aparece Aina, la gata madre de todos; se lo presenta, lo olisquea y ¡lo acepta! Aún tiene leche nuestra Aina. Así que Tofi (porque recuerda su pelaje el color de los magníficos caramelos arrancamuelas de café con leche) está a salvo.
3 comentarios:
Qué generosa Aina. Tiene bien merecido el apelativo de la Gran Madre.
Tengo una que se crió gracias a una madre adoptiva y nuestros cuidados, y sin embargo un año después cuando ella fue madre no quiso saber nada de un gatito abandonado. Curioso cómo unas gatas adoptan "sin más" y otras rechazan "sin más".
Aina tiene también comportamientos extraños: a veces no ha querido saber nada de su propia camada y la ha dejado abandonada; no hemos podido saber a qué obedecen estos comportamientos.
Ay, pero para no dejar este sabor de boca malo, decirte que casi siempre podemos contar con ella para apuros; y con dos hembras más, hijas suyas, que crían en comunidad siempre.
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