jueves, 28 de febrero de 2019

GÉNESIS DEL MONSTRUO

La Tríada formada por Traición-Castigo-Culpa es más potente que la formada por Lealtad-Premio-Virtud. Esto se debe a que el ser humano, como todo animal, se ve impelido a vivir en un mundo de recursos limitados y por lo tanto se genera competencia. A partir de aquí se abre la veda: competir por el recurso es condición imprescindible para sobrevivir. Y la competencia genera monstruos.

Todos los actos tienen consecuencias.
El héroe sabe que ante la traición sólo son posibles o el olvido o la venganza.
El primero es imposible.
La segunda empieza por ser consciente de la culpa del traidor.



El Remordimiento es hijo de la Traición y de la Culpa y hermanastro de la Venganza. 

El Remordimiento es paciente: va trabajando al traidor aun cuando éste encuentre la mejor de las justificaciones para sus actos. Pero un día, el Remordimiento aflora y se manifiesta, y lo hace paralizando al traidor y enfrentándolo a su cobardía.

El Odio es inútil pero necesario. Odiar no tiene ningún efecto sobre lo odiado a no ser que el pensamiento se materialice a través de la acción. Pero el Odio es catártico: purifica a quien lo siente, abriendo la mente a todas y cada una de las facetas de la venganza y por lo tanto de lo oscuro, lo destructivo, el Mal potencialmente deseado, la aniquilación de lo odiado, su Némesis en definiva.

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