viernes, 26 de julio de 2024

PUEBLA DE RODA

 


La puerta está abierta, pero hemos preferido pensar que todo es tal y como era y no lo hemos descolgado. Es el teléfono arcano de La Puebla de Roda, de ahora 100 habitantes. No hay ninguna tienda en el pueblo; lo más cercano para abastecerse está en Serraduy, a pocos kilómetros, donde hay gasolinera y un supermercado en los bajos de un caserón adyacente. 



La iglesia dedicada a Santiago está cerrada, claro. En lo alto de la calle, una capillita a San Cristóbal rodeada de flores es consuelo de caminantes a 36 pirenaicos grados, con un grifo de agua buena.

Piscina sí hay. Pero con los cánidos preferimos el río Isábena, libre de trabas.


Nos tomamos un café en un restaurante de carretera donde hacemos buenas migas con una pareja de Oropesa y una familia de Nulles que van a lo mismo que nosotros, a escapar del sur, a despotricar de los tiempos modernos y con la mínima, pero viva, esperanza de encontrar el Grial.

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