martes, 23 de julio de 2013

LA TETA Y LA AVISPA

Queridos amigos de lo inesperado, hace ahora justo un año daba yo noticia fehaciente de que me había picado una avispón en el seno izquierdo. Como para conmemorar tal hecho, nuevamente he sido víctima del ataque indiscriminado de una avispa terrera. Iba yo a regar tiernamente mis geranios, cuando un leve roce en la escalera de aluminio ha producido que de uno de sus huecos escalones haya salido una nube enfurecida de avispones que, sin piedad, se han cebado en mi pechito. Dos picaduras, esta vez.
Duele mucho, mucho. Pero la hábil maniobra de mi maridín, que presto ha succionado  ;) el veneno mortífero, ha evitado que el daño sea mayor.
Esta vida campestre es peligrosa, amigos. Aquí si que es verdad eso de que nunca se sabe...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Queda por probar si untndote la flor del geranio directa tambien los repele.
Y lo bonito que estará el jardin.

Robin dijo...

Mis geranios son aún pequeños para mutilarlos en aras de la experimentación. Pero todo llegará. Mi jardincillo está lindito.