No puede durar mucho una tierra virgen en esta casa. Así es como ya están plantadas las primeras tomateras, que ya han alcanzado el tamaño adecuado para ello gracias a las temperanzas de esta magnífica primavera. Eso sí, de qué variedad es cada una, será una sorpresa: lo sabremos cuando fructifiquen. No hay manera de que yo rotule adecuadamente los semilleros. Tampoco importa mucho: ya se verá y se comerá.
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