Esta temporada el huerto no es ni el huerto de fulanito ni el huerto de menganito: dejo atrás mis generosidades y este año, el huerto es MI huerto, el huerto de María.
Con calma, sin prisa, sin tener que adaptarme a ningún ritmo, sino siguiendo el mio, mis pulsiones, mi sentir...mi huerto.
Serenidad es la palabra. El tiempo se alía conmigo. Llueve sobre las tomateras, los pequeños pimientos, las alubias de colores y las habas que ya han fructificado.
Recupero mi ritmo, mi tiempo.
Eso sí, Josep es el ingeniero de canales. Ha limpiado la acequia -la legendaria Parada- y monta el riego por goteo.
El huerto de María...y de Josep.
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