A veces los derrotismos, por bien que acaso justificados por miedo vital o experiencias anteriores, son malos consejeros. Nadie daba un pimiento por este idem habanero al que pasamos del huerto a la maceta para que no muriera en los rigores invernales. Se quedó sin hojas y los tallos se iban necrosando. Lo dábamos por muerto o acaso por residuo de anteriores esplendores. Pero hete aquí su aspecto actual: frondoso, vital y lleno de capullitos.
Moraleja: la moderación y la templanza en los sentires es de todo punto recomendable. Nos ahorra vivir por adelantado agonías que tal vez no sucedan.
4 comentarios:
Gran consejo! gracias por compartir
Y a ti por leerlo. Y es que la vida enseña.
Hay un refrán " Sorpresas nos da la vida..." Nunca perderemos la esperanza frente a la agonía porque un día "sorpresas nos encontramos "
Que alegría por la recuperación de la plantita. Saludos
Estoy muy contenta, mucho. Son esas pequeñas cosas que te hacen feliz.
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