Se reúnen los folios en cuadernos, doblándolos por la mitad y poniéndolos uno dentro de otro. Los cuadernos se apilan uno sobre otro y se atrapan en una prensa. Se hacen unos cortes que servirán para pasar unos hilos; sobre ellos se extiende cola blanca y se cubren con una gasa.
Una vez el lomo consolidado, se adjuntan las tapas: y aquí usaremos el cartón que imita un pergamino que hicimos el otro día más un refuerzo de tela.
La clave es que el pegamento penetre bien en todos los intersticios y respetar los tiempos para que se seque.
¡Es muy divertido!
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