viernes, 5 de marzo de 2021

KANSAS

 

 

La gracia de los incendios es lo que tiene: que antes te internabas en un bosque y ahora entras en territorio comanche.

Todo empieza bien, con una zona de humedal. El Nilín lleva agua y bajo un abrigo rocoso nace una fuente. Se crea un laguillo y todos contentos y bañados. 

Al borde del camino, un pozo de curiosa estructura advierte de la presencia de aguas subterráneas.

Pero ascendemos la colina y todo cambia. El fuego ha arrasado la vegetación arbórea. Justo ahora algunos arbustos ofrecen un tímido consuelo. Pero todo trasluce una profunda tristeza pétrea. Los pájaros nos animan, alados seres que pueden desplazarse por el éter y que son almitas bellas.

Un anjub destaca sobre unos bancales. Cerca, una casita redonda de pastor.


 

Qué soledad...Parece que estemos en Kansas. 

Una tras otra, en una ristra de hogares antiguos, varias casas que fueron firmes en su tiempo se desploman. 

¿Alguna vez volverá Génesis a triunfar sobre Némesis? 

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