La verdad es que no sé si se llama así, pero esto es un corró, un artilugio cilíndrico con la superficie llena de púas que sirve para recoger las olivas que se han caído del árbol, normalmente a causa de insidiosas ventoleras otoñales protagonizadas casi siempre por el ventet dels collons. Se pasa el corronet por encima y quedan enganchadas; luego el mecanismo pasa por una plaquilla que las despincha. Debe faltar aquí un recipiente que las recoja, pero esto es lo que ha subsistido hasta hoy.
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