Ya tenemos las tomateras encañadas. Esta vez, bien atadas de las punticas y con traveseros a lo largo y a lo ancho, porque siempre se me acaban cayendo a media temporada con tanta ventolera y se monta un enredo inextricable.
Este año tengo especial cuidado en eliminar los chupones, que tampoco lo hacía y se formaba un matojal inmenso. Un poco de orden no viene mal.
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