La excursión dura 3 horas de ida, y otras tres de vuelta si no dispones de vehículo de rescate. Es muy interesante ver que a medida que pasa el tiempo aparecen cambios sutiles pero sustanciales en un lugar tan solitario.
Salimos de casa y tomamos el camino de La Torre de l'Espanyol. Seguimos hasta cruzar el Nilín y tomamos el cruce que nos lleva a la Casa de los Templarios. Cruzamos otra vez en Nilín gozando de un Señor Álamo gigante y su amiga la Señora Encina gigante también. El camino asciende en suave pendiente zigzagueando hasta que toma la dirección este y se abre al valle otra vez.
Flores: en esta época las azucenas florecen sobre el tallo que surge erecto del suelo. Las encontramos a la vera de varios masets en la vall de les Gorraptes.
Arquitecturas: hay cosas ocultas, pero dejan indicios curiosos. Las piedras apiladas así lo indican. Sabemos dónde están, pero lo dejaremos para un posterior encuentro.
Flechas: del tiempo y de espacio. La flecha amarilla es la seña del Camino de Santiago. Alguien así lo ha marcado al nivel de la cima del Niu de les Àguiles.
Todo está solitario. No hay ningún ser humano. Pero hay seres vivos, muchos. El agua retenida en las pequeñas balsitas proveen líquido elemento.
En la vertiente de La Bisbal todo está más cultivado y a la vez más agreste. El bosque ha llegado a un acuerdo de no agresión con los humanoides. El camino adquiere tintes pirenaicos cuando nos acercamos a la antena de Cabacés y se nos muestra el Montsant como una esmeralda engastada en un anillo telúrico.
Hemos llegado.
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