Santa Hildegarda nos dice que el pan de centeno es más difícil de digerir que el de trigo y es conveniente para las personas gordas porque les reduce las carnes.
Quien tenga un bulto o hinchazón en cualquier parte del cuerpo ha de colocar sobre él una hogaza de pan de centeno muy caliente: el calor hará que el bulto se absorba. Esto debe repetirse hasta que desaparezca por completo.
Si se tiene sarna o algún otro tipo de pupas en la cabeza, hay que pulverizar una corteza de pan de centeno y aplicar el polvo sobre estas heridas; al cabo de tres días se frota el lugar dañado con aceite de oliva. El proceso se repite hasta que este mal se cure.
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