Hoy en día poca gente se ofrece a ayudar (recordemos que mi maridín está con una pierna y una vértebra lumbar rotas en accidente laboral) y menos aún las instituciones, que hacen como que no se enteran. Bueno, algunas sí se enteran porque se lo has comunicado directamente, pero te dicen que te busques la vida. Los particulares suelen responderte arrugando el morro. Por eso, esta lluvia providencial nos llena los depósitos habilitados para recogerla y así no tenemos que ir a buscar agua al pueblecito, porque ya os dije que el Vitarilla ha muerto y no tenemos todoterreno de momento.
Y es que todos tienen razón. Nadie está obligado a ayudarnos. Es posible que pillemos una amebiasis, pero no nos importa. Aquí se vino a sobrevivir. Sobreviviremos nosotros y las amebas; acaso alguna Listeria también. En caso de que nos abduzca Coronita, no penséis que os lo haga saber. A expandirlo. Todo.
Y tampoco me pidáis que done sangre. Ni órganos. Y es que de esta, fijo que salgo mejor 😁
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