jueves, 8 de febrero de 2024

LIMPIANDO

 


La infelicidad en el mundo se origina porque para vivir, los seres precisamos energía, y la única manera de obtenerla para los que no hacemos la fotosíntesis es comernos los unos a lo otros. Esto ha causado, causa y causará un gran dolor del cual el Universo jamás será inocente. ¡La Tierra es un planeta-drama!

La fuente del sufrimiento es la propia vida. Es muy importante hacerse consciente de esto. Y una vez nos hemos dado cuenta, vamos a empezar a ponerle remedio.

Por todos los medios hemos de reducir nuestra necesidad de energía, tanto en nutrición como en gastos de todo tipo. El nivel máximo lo consiguen los ascetas jainas, pero ya sabemos que Buda fue más tolerante (de hecho, los jainas le decían que era un "blandengue") y con su vía intermedia no le fue mal. No hay que flagelarse por vivir, hay que vivir de manera austera, y por supuesto no hay que pretender riquezas y éxitos sociales ni reales ni virtuales. Todo lo que algunos tienen de más viene de personas explotadas que tienen mucho menos. 

No te culpes por no tener demasiados recursos: hay gente a quien le viene dado por herencia y se pueden permitir fardar, pero cuesta tanto hoy en día iniciar nada a causa de tanto control que se lo dejaremos a las personas inquietas y que piensen que vale la pena. Los tranquilitos podemos sentarnos y pensar que quien menos necesita es más feliz. 

En contra está la presión social y el pijerío del triunfo: con su pan se lo coman. Les deseamos una excelente digestión.

Empieza por mirar a tu alrededor e identifica todo lo que precisa de tu atención y de tu trabajo para tenerlo ahí. Piensa si el esfuerzo que en ello empleas vale la pena o si quizás hubiera otra manera comunal de obtener lo mismo. No te duela desprenderte de cosas materiales donando o reciclando. Vacía cajones, armarios y estanterías. Reduce lámparas, enseres de cocina, cosméticos, ropa, cosas que guardas y que nunca usas. Cancela suscripciones a revistas que no lees, a plataformas de televisión, a diarios; simplifica redes sociales.

Dedica todo el tiempo que consideres oportuno a esta tarea. No hay prisa. Considera, reconsidera, rescata una y otra vez de la pila de lo prescindible algo de lo que no estés seguro que quieras desprenderte. 

Te sentirás muy bien después de hacer esto.

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