En busca de los misterios de la vida, nos vamos a buscar el pueblo abandonado de Pinyeres, en la ribera del río Algars que marca la frontera entre Cataluña y Aragón.
Da un poco de susto. Lo primero que hemos hecho es entrar en la iglesia dedicada a Santa María de la Transfiguración, que es templaria. Y dentro escucho los ecos de unas voces que parecen conversar...las perras están inquietas y Kira aúlla. No hay nadie más que nosotros.
La primitiva pila bautismal ofrece su concavidad vacía.
Seguro que la luz que entra por la alargada ventana pasa por el altar el día del solsticio. A cada lado, un ángel o un búho. No lo sabemos. El de la derecha ya está borrado. El de la izquierda persiste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario