El casalón que hay detrás de la iglesia fue castillo templario y luego ayuntamiento. Ahora es ruina que observamos con respeto pero con audacia. Hay que investigar en los diversos recovecos, sótanos y aljibes.
Pinyeres sacó su alma del Temple, que potenció la zona y sus viñas. El paisaje es calmo, llanura que sostuvo hermosos tiempos. Como siempre, las guerras lo destruyeron todo.
Casas enormes de paredes maestras impávidas; ventanas por las que entran y salen espíritus errantes; algunas restauraciones pendientes de acabar...y un perrito amigo salido de la nada que juega un rato con mis reinas. Nunca se sabe...
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