sábado, 5 de abril de 2014

OCULTAR NO CURA

Nos ganamos la bronca de las enfermeras por no tomar la medicación. Esta consiste básicamente en analgésicos. ¿Te duele? Toma, paracetamol...
No, ese no es el camino. Y lamentablemente, la medicina tradicional anda por ese sendero de ocultación del síntoma, para que no pase nada...
Es la prioridad de nuestro sistema sanitario que no haya dolor. Miedo al dolor...
Pero para solucionar el problema, debemos saber su causa: si eliminamos lo que produce el dolor, éste cesará.
La ocultación de uno de los síntomas de dolor nos hubiera llevado, en el caso que nos ocupa, a obviar una infección nosocomial u hospitalaria. Uno de esos ataques a personas ingresadas por parte de gérmenes que crecen en los ambientes enrarecidos de los hospitales y que aprovechan las circunstancias para colonizarlas.
Dos consejos:
-mejorar la ventilación y el ambiente enrarecido de las habitaciones no iría nada mal: sería tan sencillo como tener ventanas que puedan abrirse, si acaso...dicen que no las hay porque muchos pacientes se suicidan tirándose por ellas abajo. Unas rejitas solucionan esto último.
-escuchar al paciente atentamente, y no paliar el efecto sin hallar la causa. Esto ya lo proponía San Agustín de Hipona en tiempos tan lejanos como el siglo IV de nuestra era. Nos ahorraríamos mucho gasto sanitario y mucho desgaste mental.

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