Vaya sorpresa nos hemos llevado con Riba-Roja. Modesta, sin hacer ruido, ahí está esa magnífica villa que fue encomienda del Temple.
Entrar en ella es retroceder en el tiempo a una arquitectura funcional y sacra: el núcleo antiguo es una joya, aunque descuidado en el abandono de las casonas.
Rostros baphométicos nos observan fachadas impregnadas de historia. Pero en Riba-Roja hay más baphomets...y un castillo de raíz mora y vida templaria, que fue además prisión. Los veremos, baphomet y castillo, también.
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